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SEÑALES ANTES DEL FIN



Últimamente se está hablando mucho de la venida del Jesus nuestro Señor, y todo mundo habla de lo que entendió o le contaron, pero esta parte de la Biblia nos habla de la respuesta de Jesús a sus discípulos de esta época que en aquel entonces estaba muy distante, después de la muerte y resurrección de Jesús comenzó el fin y ahora estamos en el fin del fin.


¿A qué se refiere Daniel, en el capítulo 7, versículo 25, con “…y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos y medio tiempo”? ¿Ya estamos en ese tiempo?, En este versículo Daniel está profetizando acerca del tiempo del Anticristo. Este tiempo será después del arrebatamiento de la Iglesia de Jesucristo. El último período de prueba de Israel es contado como de 1.260 días (Apocalipsis 11:3; 12:6), o cuarenta y dos meses (Ap.13:5) o tres años y medio (la mitad del período del pacto de siete años, Daniel 9:27), un “tiempo” tiene que ser un año, “tiempos” dos años, y “medio tiempo” medio año: así, se trata de tres años y medio. La misma expresión aparece en 12:7. Las asombrosas conquistas de militaristas como Alejandro Magno, Napoleón e Hitler quedarán totalmente opacadas por el dominio global del Anticristo. Pero también esta culminante hora de tinieblas de nuestro invisible enemigo (Juan12:31) será vencida totalmente por “el sol de justicia” que “en sus alas traerá salvación” como podemos leer en Malaquías 4:2: “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada”.

Primer parte Principio de dolores

Mateo 24:1-28, Mr. 13.3-23; Lc. 21.7-24

3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.

6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.

7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.

8 Y todo esto será principio de dolores.


2da Parte los salvos de la tribulación

9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.

10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.

11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;

12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),

La frase “abominación desoladora” se refiere a Mateo 24:15: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”. Esta Escritura tiene referencia a Daniel 9:27, “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. En el 167 a.C. un gobernador griego llamado Antíoco Epífanes erigió un altar a Júpiter sobre el altar de los holocaustos en el templo judío en Jerusalén. También sacrificó un cerdo sobre el altar en el Templo en Jerusalén. Este evento es conocido como “la abominación desoladora”.


En Mateo 24:15, Jesús estaba hablando unos 200 años después de que la abominación desoladora antes descrita, ya había ocurrido. Así que, Jesús debe haber estado profetizando que, en algún tiempo futuro, otra abominación desoladora ocurriría en un templo judío en Jerusalén. La mayoría de los intérpretes de la profecía bíblica, creen que Jesús estaba refiriéndose al anticristo, quien hará algo muy similar a lo que hizo Antíoco Epífanes. Esto es confirmado por el hecho de que algo de lo que Daniel profetizó en Daniel 9:27 no ocurrió en el 167 a.C. con Antíoco Epífanes. Antíoco no confirmó un pacto con Israel por siete años. Es el anticristo quien, al final de los tiempos, establecerá un pacto con Israel por siete años y entonces lo romperá al hacer algo similar a la abominación desoladora en el templo judío en Jerusalén.

16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.

(Continuación de las escrituras)

17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;

18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.

19 Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!

20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;[a]

21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.

24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.


1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,

2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,

4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”. 2 Timoteo 4: 1-5


25 Ya os lo he dicho antes.

26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.

27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.

28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.


3ra parte La venida del Hijo del Hombre o Armagedon

Mateo 24:28-51, 24:29- Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48

29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.

34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,

39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.

41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.

42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.

44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?

46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.

48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;

49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,

50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,

51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

 
 
 

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